«Usar los relatos como instrumentos para reforzar los mensajes educativos que se desean transmitir tiene una lógica desde el punto de vista educativo, […] pero puede desnaturalizar la literatura infantil cuando se pierde de vista que su capacidad de formación humana y su valor terapéutico es un resultado, pero no una finalidad».
Luis Daniel González, Hilos para laberintos
Además, ¿quién se anima a calificar un mensaje como educativo? Creo que eso no le hace bien a la educación y menos aún a la literatura
Si algo califica la literatura es su polisemia, cunado se pretende dar un «mensaje» se convierte en la enuciación de una ley física, o en una moraleja obvia que aburre a lo chicos y a los grandes que «tienen que darla». Hacer rato que los currículos hablan de la diversidad como oportunidad de enriquecimiento educativo.
Gracias, Andrés, por tus aportes!!! Un abrazo.