Corcoran y Evans (1987), por ejemplo, sostienen que la actividad mental desarrollada por cualquier lector, sea de la edad que sea, engloba las siguientes actividades:
a) Figuración e imaginación: los lectores construyen el cuadro mental que les permitirá seguir la narración como si estuvieran allí.
b)Previsión y retrospección: el lector avanza hipótesis sobre el desarrollo narrativo o reflexiona sobre el texto leído.
c) Participación y construcción: los lectores se identifican con los personajes y las situaciones y quedan emocionalmente inmersos en el texto.
d) Valoración y evaluación: los lectores elaboran juicios sobre el mérito del texto, aunque también apliquen sus propios juicios de valor sobre las situaciones descritas.
Citado por Teresa Colomer, en La formación del lector literario, Madrid, Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 1998.
Tal cual!. Agregaría que en este proceso te aislas de lo que te rodea de tal manera que pierdes la sensación de tiempo y muchas veces de espacio.. no?.
Y pensar que en algún momento leer era sinónimo de «estar sin hacer nada», ¿no? «Dejá de leer y ponete a hacer algo!».
Ahora mismo tendría que dejar de leer y ponerme hacer algo…no?